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Para ello, las superficies de asiento y los respaldos de las sillas y los asientos de taller deben ser a la vez suaves y flexibles para acoger bien el busto pero también firmes para estimular el cuerpo y el intelecto; además, las superficies de asiento y los respaldos de las sillas y los asientos de taller deben ser regulables para ajustarse perfectamente al cuerpo y a las posturas de trabajo. Las patas de las sillas y los asientos de taller no deben estorbar pero deben ser suficientemente estables para soportar el conjunto de la estructura y el usuario, y también para permitir una posición bien equilibrada, especialmente si el asiento o la silla están provistos de ruedas. Entre tanto requisito y con una oferta semejante de sillas y asientos de taller en el mercado, ¿cómo es posible aclararse?

Fruto de su experiencia en ergonomía en los puestos de trabajo, Manutan le facilita sus compras de sillas y asientos de taller; para ello, hemos preseleccionado los modelos de sillas y asientos de taller más convenientes y ergonómicos del mercado: de la silla de taller más sencilla a la más sofisticada, encontrará en nuestra oferta cerca de 200 modelos de sillas y asientos de taller confortables y de calidad, con respaldo superior e inferior, con o sin contacto permanente y con soporte lumbar integrado, en versión fija de patín o móvil con ruedas, con y sin reposapiés. Además, cabe destacar que los materiales de fabricación de nuestras sillas y nuestros asientos de taller suelen ser muy robustos y resistentes a grasas, aceites y disolventes, así como al efecto de los productos químicos, los impactos y los cortes. Todo ello pensado para ofrecerle comodidad y resistencia.

No se lo piense más; descubra la gran selección de asientos y sillas de taller y accesorios para asientos y sillas de taller que le ha preparado Manutan.

¿Qué altura de asiento debo escoger para mi silla de taller?

El primer filtro de selección debe ser la altura de la superficie del asiento. Y es que, cuando se trata de sillas de taller, la altura importa. Un asiento de taller es, en esencia, un producto bien distinto de una silla de laboratorio o de un asiento para personal de montaje. Cada tipo de asiento está diseñado de forma distinta; una elección inadecuada puede causar incomodidad y un desgaste prematuro de la silla de taller. Para asegurarse de hacer una buena elección en lo que respecta a la altura de la superficie de asiento de una silla de taller, conviene plantearse algunas preguntas: ¿a qué altura está planteado el plan de trabajo? ¿esta altura es variable (superficie de trabajo regulable, diversas zonas de trabajo…)? ¿utilizarán varias personas la silla de taller? ¿su uso será polivalente?

¿Qué material escoger para el respaldo y la superficie de asiento de una silla de taller?

En general, se utilizan cuatro tipos de materiales para la confección de respaldos y superficies de asiento de sillas de taller. La elección debe basarse en la naturaleza de la actividad y en el confort esperado: 1. la madera es resistente a las grasas, los aceites y los disolventes, y su mantenimiento es sencillo; 2. el material textil es cómodo e incorpora un tratamiento inflamable, pero se mancha fácilmente y su mantenimiento es delicado; 3. el poliuretano es resistente a las agresiones químicas, a los impactos y a los cortes, y su mantenimiento es sencillo; 4. el vinilo puede constituir, con el poliuretano, una solución intermedia, ya que es de fácil mantenimiento y resistente al fuego.

¿Qué criterios de selección son imprescindibles para una silla de taller?

Hay tres criterios importantes que debe considerar a la hora de elegir una silla de taller y que se deben calibrar en función de la aplicación correspondiente y las normas exigidas por el sector laboral: 1. la categoría de resistencia al fuego, la norma alemana GS-CTBA/GS-FCBA sobre la solidez y la seguridad de los asientos y las propiedades antiestáticas; 2. el confort del asiento, la presencia o no de relleno y la necesidad de seleccionarlo en función del grado de confort esperado y las dificultades asociadas al puesto de trabajo correspondiente; 3. la resistencia a la abrasión y a las agresiones externas (agua, aceites, disolventes, productos abrasivos, etc.).