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¿Qué se puede reutilizar en una oficina para una gestión de recursos responsable y optimizada?

¿Qué se puede reutilizar en una oficina para una gestión de recursos responsable y optimizada?
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Ante los crecientes retos medioambientales y económicos, las empresas están adoptando cada vez más prácticas de gestión de recursos responsable. Este enfoque implica tener en cuenta todo el ciclo de vida del producto, desde la extracción de los recursos hasta la gestión de los residuos. Un aspecto fundamental de este proceso es replantearse cómo se gestionan los muebles y el equipamiento de oficina al final de su ciclo de vida. Hoy en día, los mercados están evolucionando y existen muchas soluciones virtuosas.

¿Qué mobiliario profesional se puede reciclar?

Actualmente, casi todas las categorías de mobiliario pueden tener una segunda vida. Estos muebles suelen ser multimateriales: madera, plásticos, metales, textiles, cuero… profesionales de la recuperación de residuos poseen un gran conocimiento sobre el manejo de estos materiales. Por lo tanto, casi todo el mobiliario usado es apto para el reciclaje:

  • escritorios;
  • mesas;
  • sillas;
  • sillones;
  • armarios;
  • muebles de almacenamiento variados;
  • muebles de salas de espera y descanso.

¡Incluso las mamparas se pueden reciclar!

Para dar una Segunda vida al mobiliario profesional, las empresas pueden ponerse en contacto con organizaciones ecológicas y proveedores. Cada vez son más los interesados que se movilizan en favor de un modelo más responsable, que ofrecen la recogida y revalorización de determinados productos. Manutan es un ejemplo destacado en el sector del mobiliario profesional. 

El proceso de recogida no depende del estado del producto. Los muebles pueden estar rotos, presentar signos de desgaste como arañazos o golpes, o estar en perfecto estado. Esto solo influye en el proceso posterior. Hay varios escenarios posibles: segunda mano, reutilización, suprarreciclaje y reciclaje.

[recuadro] Segunda mano, reutilización, suprarreciclaje y reciclaje: ¿cuál es la diferencia?

  • Segunda mano: los muebles en buen estado pueden entrar directamente en el mercado de segunda mano. Esto puede implicar la donación a empresas de economía social.
  • Reutilización: en función de su estado, los muebles pasan por varias fases: reparación, limpieza, pintura… antes de volver al mercado como muebles restaurados.
  • Suprarreciclaje: según la definición de William McDonough y Michael Braungart, el suprarreciclaje es «la acción de recuperar materiales o productos que ya no se utilizan para transformarlos en materiales o productos de mayor Calidad o utilidad. Por lo tanto, reciclamos «hacia arriba».[1]
  • Reciclaje: consiste en utilizar las materas primas de muebles desechados para fabricar un nuevo objeto o abastecer instalaciones de recuperación de energía.

Más allá del mobiliario, ¿qué se puede reciclar en la oficina?

En las empresas, el mobiliario no es el único elemento reciclable. Todos los materiales, equipos y suministros que componen el entorno de trabajo están incluidos. A continuación, presentamos tres ejemplos clave.

Equipos electrónicos

Los equipos informáticos y de telefonía antiguos (ordenadores, teléfonos inteligentes, tabletas, accesorios diversos…) suelen acabar en el almacén de la empresa o, peor aún, en los vertederos.

El ciclo de vida medio de un dispositivo electrónico es de solo unos años. Se trata de un periodo bastante corto si tenemos en cuenta el impacto medioambiental de la fabricación de estos productos. Por eso es imprescindible que se incorporen a un programa de reacondicionamiento o se reciclen para recuperar las materias primas.

Sin embargo, es fundamental recordar que «el ahorro energético potencial de la reventa o la actualización es aproximadamente entre 5 y 20 veces superior al del reciclaje».[2]

Materiales de embalaje

En los almacenes, los equipos utilizan una cantidad significativa de cartón, materiales de embalaje, palés… Se trata de materiales valiosos cuyo ciclo de vida puede prolongarse.

En Manutan, por ejemplo, hemos implantado varias soluciones en nuestro centro europeo. Hemos invertido en una máquina de acolchado que crea materiales de embalaje a partir de los cartones que recibimos de nuestros propios proveedores. Además, contamos con un operario dedicado exclusivamente a reparar palés rotos para reutilizarlos en las entregas a los clientes.

Cada año, este sistema produce más de 50 toneladas de materiales de embalaje y repara o reutiliza más de 10 000 palés.

Cartuchos de impresora

A pesar de su tamaño, los cartuchos de tinta tienen un gran impacto medioambiental. A menudo acaban en los vertederos, donde tardan décadas en descomponerse. Sin embargo, cada vez existen más Sistemas de recogida y revalorización de estos productos. Algunos cartuchos pueden restaurarse para Volver a funcionar o valorizarse energéticamente en instalaciones especializadas.

¿Cómo se integra esto en una estrategia de gestión de recursos responsable?

El reciclaje de mobiliario y equipos de oficina encaja perfectamente en una estrategia de gestión de recursos responsable. Sin embargo, es importante especificar que esto es solo una pequeña parte. Tener en cuenta el fin de la vida útil de los productos adquiridos requiere pensar con antelación en el proceso de compra. Esto implica examinar los materiales, la disponibilidad de piezas de repuesto y los servicios de recogida y revalorización que ofrecen los proveedores. Estos elementos influyen en las modalidades de fin de vida útil de los productos.

Las empresas pueden ir más allá adquiriendo productos reacondicionados. El hecho de que un producto ya no satisfaga sus necesidades no significa que deba comprar uno nuevo. Sobre todo, porque el mercado de productos reacondicionados, especialmente en el caso del mobiliario profesional, está en auge. Estos productos ofrecen una excelente relación calidad-precio. «Si se compran productos de segunda vida, la diferencia de precio es de entre un 30 % y un 50 % respecto a los nuevos», afirma Philippe Mallard, director general de la división de Administraciones Locales de Manutan. Además, se trata de un proceso seguro y transparente, gestionado por profesionales.

Otras opciones incluyen la economía funcional. Esto implica pagar por el uso o el rendimiento en lugar de comprar un producto. El concepto se basa en una lógica de servicio con compromisos de eficiencia. La idea es, por ejemplo, pagar por la luz que consume su empresa, en lugar de comprar un número específico de bombillas. Esto promueve relaciones sostenibles y basadas en la confianza entre el cliente y el proveedor.

Ahora ya sabes que revalorizar o reciclar el mobiliario forma parte de un enfoque global de compra responsable. Sin embargo, esto se aplica a todos los demás productos de oficina y almacén: embalajes, productos electrónicos, cartuchos de tinta… y mucho más. En definitiva, al adoptar estas buenas prácticas, materializas tu compromiso ecológico y refuerzas tu imagen de empresa responsable.

[1] William McDonough y Michael Braungart, «De la cuna a la cuna. Resideñando la forma en que hacemos las cosas», 2002

[2] Kuehr, Ruediger & Eric Williams (eds.): Computers and the Environment: Understanding and Managing Their Impacts, Kluwer Academic Publishers, EcoEfficiency in Industry and Science Series, Dordrecht/NL, octubre de 2003, 300 páginas

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