 
			Cuando los empleados trabajan en un entorno de oficina, corren el riesgo de adoptar una mala postura y permanecer estáticos durante largos periodos de tiempo. Esto repercute directamente en su bienestar laboral y, en consecuencia, en el rendimiento general de la empresa.
 Para trabajar en condiciones óptimas, cada empleado debe disponer de un mobiliario de oficina adecuado, empezando por un escritorio a la altura correcta.
 En esta guía descubrirás los principios clave para determinar la altura de escritorio perfecta para cada persona y comprenderás los retos del diseño ergonómico del espacio de trabajo en la oficina.
Varios criterios ayudan a definir la altura óptima del escritorio para cada usuario.
El primer criterio es la altura de la persona. Una vez sentada, debe poder adoptar una postura cómoda que no genere tensión:
El segundo criterio es el tipo de actividad, como trabajo de oficina, dibujo, etc. Por ejemplo, una persona que repara equipos informáticos debe tener fácil acceso a los enchufes eléctricos.
El tercer criterio es la duración del uso del escritorio. Para quienes permanecen sentados durante largos periodos —por ejemplo, unas 8 horas al día— se recomienda equipar el puesto con un escritorio que permita alternar posturas.
 Los escritorios de altura regulable permiten variar la altura de la superficie de trabajo mediante un mecanismo eléctrico o manual.
 Sin embargo, tampoco se recomienda mantener la posición de pie durante demasiado tiempo. El objetivo es evitar tensiones excesivas en el cuerpo. Así, al ajustar el escritorio a la posición de pie, el brazo y el antebrazo apoyados sobre el tablero también deben formar un ángulo de 90°.
Para elegir una altura adecuada según la estatura de la persona, se puede considerar lo siguiente:
De 60 a 65 cm para usuarios de hasta 1,65 m.
De 65 a 74 cm para personas entre 1,65 m y 1,75 m.
De 75 a 90 cm para quienes miden entre 1,75 m y 2 m.
Además de la altura del escritorio, elegir un buen equipamiento para el puesto de trabajo favorece la adopción de una postura saludable.
Después del escritorio, el ajuste más importante es el de la silla ergonómica de oficina, ya que está en contacto directo con el cuerpo. Esta puede regularse en altura y, según el modelo, ofrecer varios parámetros de ajuste:
Los reposabrazos también pueden contar con diferentes opciones de ajuste:
A continuación, la pantalla del ordenador debe colocarse a la altura de los ojos o ligeramente por debajo, para evitar que el usuario tenga que levantar o bajar la cabeza.
 Un elevador de monitor permite situarlo más alto, mientras que un brazo articulado para monitor facilita el ajuste de la altura y el ángulo deseados.
 Cuando se utilizan dos monitores, deben colocarse directamente frente al usuario.
En general, es importante asegurarse de que los periféricos del ordenador, el teclado y la pantalla estén alineados, de modo que el usuario no tenga que girar la cabeza.
 En cuanto al ratón, puede optarse por un ratón ergonómico que evite la torsión del antebrazo.
 Otra alternativa es una alfombrilla ergonómica con un cojín donde descansar la muñeca.
Por último, los armarios y otros accesorios de almacenamiento deben organizarse estratégicamente para mantener el espacio de trabajo ordenado.
 Los documentos de uso más frecuente deben colocarse a la altura de los ojos y al alcance de la mano, para facilitar el acceso sin esfuerzo.
Un escritorio demasiado alto o demasiado bajo puede provocar dolor y fatiga.
 Así lo explica Dounia El Omary, Group Product Manager en Manutan:
“Una persona que mide 1,58 m no puede colocarse igual que alguien que mide 1,80 m. Es importante formar un ángulo de 90° entre los brazos, el escritorio y el teclado. De lo contrario, corremos el riesgo de encorvarnos demasiado o, por el contrario, de tener un escritorio demasiado bajo, lo que nos obliga a curvar la espalda. A largo plazo, esto puede causar dolor o pequeñas contracturas.”
Permanecer sentado entre 7 y 8 horas también plantea problemas, como explica Dounia El Omary:
“Esto puede causar muchos problemas, generalmente relacionados con los músculos. Pueden aparecer trastornos musculoesqueléticos (TME), como tendinitis o dolor de muñeca. También pueden sentirse dolores cervicales o de espalda.”
Los trastornos musculoesqueléticos (TME) representan las enfermedades profesionales más comunes en Europa. Pueden deberse a la adopción de posturas incómodas y al mantenimiento prolongado de posiciones sentadas o de pie.“
Dounia El Omary añade:
“Cuando permanecemos sentados todo el día, podemos sufrir una mala circulación sanguínea, lo que provoca fatiga. Sin embargo, la fatiga afecta a la concentración, reduciendo la motivación y la productividad. Una posición óptima ayuda a evitar estos inconvenientes.”
El diseño del puesto de trabajo, como palanca para mejorar la calidad de vida laboral y la productividad, ha evolucionado significativamente en las empresas durante los últimos años.
 Aunque parece evidente elegir la altura perfecta del escritorio para un puesto individual, la cuestión se complica cuando este debe ser utilizado por diferentes personas.
 Este es el caso del flex office, una organización —generalmente en espacios abiertos (open space)— donde los puestos no están asignados.
 Así, los empleados pueden elegir su lugar de trabajo al llegar a la oficina.
El flex office presenta varias ventajas, como favorecer el trabajo por proyectos, permitiendo que personas de distintos departamentos trabajen juntas durante el tiempo que dure una iniciativa.
 También evita el efecto de “escritorios vacíos” cuando se ha implantado el teletrabajo parcial, algo habitual en la mayoría de las empresas.
El punto crítico es que estos puestos, utilizables por todos, deben adaptarse fácilmente a la morfología de cada empleado para ofrecer buenas condiciones de trabajo.
 La solución ideal en un entorno de flex office es el escritorio profesional regulable en altura eléctrico.
 El ajuste de altura se realiza sin esfuerzo y, además de adaptarse a personas de diferentes tallas y permitir alternar entre las posturas de pie y sentado, facilita el acceso a personas con movilidad reducida.
Como explica Dounia El Omary:
“La idea es ofrecer las mejores condiciones de trabajo a los empleados para que puedan dar lo mejor de sí y ser lo más productivos posible.”
Otra forma de trabajo cada vez más extendida es el teletrabajo, que, incluso cuando se realiza a tiempo parcial, debe desarrollarse en condiciones óptimas.
 Se recomienda no instalarse en una esquina de la mesa del comedor, sino, siempre que sea posible, crear un espacio de trabajo dedicado y ergonómico, que incluya un escritorio a la altura adecuada.
Por motivos presupuestarios, los empleados en teletrabajo no siempre pueden adquirir un escritorio ergonómico nuevo.
 No obstante, pueden adaptar un puesto funcional con el mobiliario disponible, siguiendo los principios ergonómicos y los consejos de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo:
En definitiva, la altura ideal del escritorio es aquella que se adapta a la morfología del usuario.
 Este parámetro forma parte de un conjunto de principios esenciales para crear un espacio de trabajo que preserve la salud, el bienestar y la motivación de los equipos.