Gestión de riesgos: descripción de los grandes riesgos empresariales

Gestión de riesgos: descripción de los grandes riesgos empresariales
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Hoy, más que nunca, vivimos en un mundo VICA (volátil, incierto, complejo y ambiguo). Las empresas afrontan multitud de riesgos, detectados o no, cada vez más difíciles de controlar. Prueba de ello son los sucesivos acontecimientos de los últimos años. Algunas personalidades célebres como historiadores, sociólogos, políticos han llegado incluso a afirmar que asistimos a una era de “policrisis”, en la que crisis no relacionadas entre sí se suceden y se refuerzan unas a otras. En su último informe anual de riesgos[1], Allianz ha encuestado a miles de expertos en gestión de riesgos de todo el mundo para detectar las grandes preocupaciones de las empresas de cara al siguiente curso. Para garantizar un buen método de prevención de riesgos, es importante conocerlos y evaluarlos primero.

1. Riesgos cibernéticos

Por segundo año consecutive, los riesgos cibernéticos son la mayor preocupación de las empresas, lo cual no supone una sorpresa dado el inmenso aumento de los ciberataques, en especial los de ransomware y malware. Los incidentes derivados de la ciberdelincuencia le suponen a la economía mundial un gasto de mil millones de dólares al año, lo que representa un 1 % del PIB mundial. Además de pérdidas financieras, también afectan a la reputación de las empresas y pueden provocar filtraciones de datos.

Reducir los riesgos cibernéticos implica poner en práctica políticas sólidas de seguridad informática, planes de actuación ante incidentes y programas formativos para concienciar a los empleados sobre esta estrategia.

2. Interrupción de la actividad empresarial y trastornos en la cadena de suministro

Marianna Grammatika, Directora Regional de la Consultoría de Gestión de Riesgos de AGCS, lo explica: “La interrupción de la actividad empresarial siempre será una cuestión capital, dada su estrecha relación con los beneficios y los ingresos, así como la vulnerabilidad estructural que presentan los modelos de negocio ante el panorama geopolítico”. Los líderes empresariales comparten este punto de vista: el 43 % de ellos considera muy probable que la interrupción de la cadena de suministro repercuta de manera significativa en la rentabilidad de su sector durante la próxima década[2].

A este respecto, la gestión de riesgos consiste sobre todo en elaborar planes para garantizar la continuidad de la actividad y detectar los riesgos potenciales de la cadena de suministro, siempre sin perder de vista los riesgos de los proveedores. A las empresas también les conviene llegar a acuerdos con sus socios principales para que retomen su actividad en caso de interrupción.

3. H2 – 3. Acontecimientos macroeconómicos

En este momento, las tres grandes economías, Estados Unidos, China y Europa, están en crisis cada una por motivos diferentes: una crisis bancaria en el caso de la primera potencia mundial, una crisis inmobiliaria y financiera en el caso de las autoridades locales del gigante asiático y, por último, una crisis humanitaria y geopolítica en el caso del Viejo Continente.

Ludovic Subran, Economista Jefe de Allianz, señala: “Las consecuencias, más allá de la esperada recesión en 2023, ya resultan evidentes: una transformación forzada de la economía orientada hacia la descarbonización, además de una creciente sensibilización ante los riesgos en el conjunto de la sociedad, lo que fortalecerá la resiliencia social y económica”.

4. La crisis energética

Por primera vez, la crisis energética ha irrumpido en el ranking de los riesgos globales. Las fluctuaciones de los precios de la energía, los problemas de suministro, la inflación y las consecuencias de la guerra en Ucrania han desequilibrado el mercado.

Algunas empresas se anticiparon a este escenario en el marco de su gestión de riesgos empresariales: implantaron un sistema de gestión energética, plantearon alternativas y estudiaron potenciales vías de ahorro energético. Otras, sin embargo, necesitan diseñar planes de emergencia y muchas han optado por la sobriedad energética. Por último, recordemos que este contexto también se puede considerar una oportunidad para acelerar la transición energética hacia energías renovables y menos contaminantes.

5. Cambios legislativos y reglamentarios

A lo largo de los años, los reglamentos, normativas y sanciones se han multiplicado a escala internacional. Un buen ejemplo es la elaboración de informes extrafinancieros. En este sentido, la Unión Europea ha allanado el camino con la aprobación definitiva de la Directiva sobre la elaboración de informes de sostenibilidad de las empresas (CSRD, por sus siglas en inglés) el pasado mes de noviembre.

Este requisito representa un reto para las empresas, y algunas incluso lamentan la falta de recursos y conocimientos para cumplir la directiva. Sin embargo, también sienta las bases para alinear la normativa en materia de información con el modelo europeo y dar un paso más allá hacia una economía libre de emisiones de carbono.

6. Desastres naturales

Según un informe de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC), los desastres provocados por las condiciones climáticas y meteorológicas han aumentado un 35 % por década desde 1990[3]. Sin ir más lejos, el año pasado el huracán Ian arrasó Cuba y después Florida; las inundaciones azotaron el sur de Asia y el este de Australia; y tanto Europa como China se sumieron en devastadoras olas de calor.

La gestión de riesgos implica detectar y evaluar los riesgos de catástrofes naturales y fenómenos extremos a los que puede verse expuesta cada empresa y explorar distintas opciones de seguros para cubrir posibles pérdidas.

7. Cambio climático

El calentamiento global tiene consecuencias operativas, físicas y financieras. Aunque este riesgo esté eclipsado por los ciberataques, las tensiones en la cadena de suministro y la inflación, no deja de ser un punto estratégico para cualquier organización: el 23 % de los CEO y el 37 % de los inversores consideran que sus empresas estarán extremadamente expuestas a los riesgos climáticos durante los próximos cinco años[4].

En cuanto a la gestión del riesgo climático, las organizaciones se van preparando poco a poco: además de optar por modelos empresariales centrados en reducir las emisiones de carbono, la mayoría están desarrollando una estrategia de gestión de riesgos climáticos y diseñando planes de emergencia.

8. Escasez de mano de obra especializada

Una reciente encuesta llevada a cabo por ManpowerGroup revela que el 75 % de las empresas manifestaron escasez de talento y dificultades a la hora de contratar durante el año pasado, lo cual supone el nivel más alto en los últimos 16 años[5]. No hay duda de que la crisis sanitaria ha desestabilizado el mercado laboral con la aparición de fenómenos sin precedentes como “la Gran Renuncia”.

Gestionar los riesgos en materia de recursos humanos requiere implantar estrategias de contratación eficaces, así como invertir en la formación y el desarrollo de cada equipo y empleado.

9. Incendios y/o explosiones

La principal causa de pérdidas en los negocios son los fuegos que interrumpen las operaciones y altera la cadena de suministro con bastante frecuencia. El deterioro de los activos y las infraestructuras, así como la falta de personal cualificado, son factores de riesgo que propician este tipo de incidentes.

La gestión de riesgos de incendio y explosiones radica en la evaluación y actualización de prácticas como medidas preventivas, métodos de extinción y planes de emergencia.

10. Riesgos políticos y violencia

En los últimos años, el descontento mundial ha adoptado diversas formas que generan temor entre las empresas: conflictos armados, manifestaciones, huelgas, disturbios, etc. Algunos países están más expuestos, como los que atraviesan una situación política muy polarizada o los que entran en periodo electoral.

Cada empresa es responsable de estar al día sobre las noticias locales y de identificar posibles puntos débiles en su cadena de suministro. La evaluación de riesgos debe ir acompañada de la revisión de las pólizas de seguro y la actualización de los planes de emergencia.

Poner en práctica una gestión dinámica de los riesgos empresariales es esencial para cualquier tipo de riesgo (financiero, operativo, climático, informático o de la cadena de suministro) para poder reducirlos o prevenirlos, lo cual implica identificar las clases de riesgos, y evaluar su probabilidad e impacto para conocer su nivel de gravedad. Con este esquema, cada empresa puede llevar a cabo un plan de acción adaptado a cada tipo de riesgo, a fin de reducir sus posibles consecuencias.

[1] Informe de riesgos de Allianz: Detección de los principales riesgos para 2023, Allianz, 2023

[2]  Encuesta Mundial CEOs 2023 – PwC

[3] IFRC, Informe Mundial sobre Desastres, 2020 

[4] Encuesta Mundial CEOs 2023 – PwC

Encuesta Global de Inversores 2022 – PwC

[5] Estudio de Proyección de Empleo, ManpowerGroup, 2022

 

 

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